Rowan había descubierto dos cosas que cambiarían su vida para siempre. La primera la había llenado de alegría, y fue ¡que estaba embarazada! La segunda fue algo que se sintió obligada a guardar para sí sola, incluso a su marido... Rowan había sido la esposa de conveniencia de Isandro Salazar. Pero sabiendo que el multimillonario español nunca la amaría como ella lo amaba, su elección fue darle prioridad a su hijo por nacer y luego, una vez nacido, hacer viaje oscuro a través de sí misma...
Pero a los ojos de Isandro, la decisión de Rowan no la había hecho más que una caza fortunas que había cometido el peor de los crímenes. Sin embargo, él no podía impedir que viera a su hijo, ni negar que la pasión entre ellos era tan cruda e intensa como siempre...
De vuelta en la cama de su marido…
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