Kelda siempre había odiado a Angelo, su hermanastro, de la misma forma en que él la odiaba a ella. Por eso no podía admitir que él volviera a inmiscuirse en su vida, aunque fuera por el bien de sus padres.
Ambos sabían que tenían una cuenta pendiente desde hacía cinco años. Y ahora Angelo estaba decidido a vengarse de ella convirtiéndola en su amante. ¿Podría Kelda soportarlo, o esa atracción letal le rompería el corazón?
No hay comentarios:
Publicar un comentario